El inicio

En los últimos tiempos, me he sentido muy atraído por lo que cuentan los Evangelios. No me interesa en un sentido religioso sino, más bien, desde un punto de vista histórico, lingüistico y, en ocasiones, teológico.

Aún siendo ateo, me crea mucha inquietud cómo la existencia de un sólo hombre ha influido tanto en la historia de gran parte del mundo. Y escribo existencia porque doy por hecho que una persona llamada Jesús existió entorno al año 0 de nuestra era y formó un buen lío. Es lo que, según afirma mi admirado Antonio Piñero, cree la mayor parte de la comunidad científica que ha estudiado el hecho... y, ¿quién soy yo para llevarles la contraria?

A partir de todos los conceptos que he ido leyendo y escuchando, he tomado nota de lo que me ha parecido más interesante: bien porque no es lo que me habían contado de pequeño, bien porque contradice la idea general expuesta por el cristianismo o bien porque simplemente me ha parecido curioso. Voy a intentar ponerlas en orden, en castellano normal y corriente, entendibles por cualquiera que sepa distinguir una r de una l.

No pretendo influir en las creencias de nadie. Cada uno cree lo que cree y se relaciona con ello de la manera que considera más oportuna. Sin embargo, sí que defiendo la bondad de abrir la mente, de no quedarse toda la vida rodeado de dogmas sin cuestionarse mínimamente si son válidos, útiles o, por lo menos, decentes.

Dentro vídeo.

 

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